sábado, 8 de septiembre de 2012

La Aventura más esperada



La aventura más esperada...

Erase una vez, en una pequeña ciudad de México, un grupo de cuatro amigos que hacía muchos meses planeaban sus vacaciones de verano, pero por cuestiones de estudio y trabajo aún estaban indecisos con lo que harían en el Enero próximo.
Una tarde calurosa como todas las de diciembre, Juan decidió ir en busca de Pablo, Deborah y Natalia para invitarlos a mirar una peli en su casa y luego ir a jugar unos partidos de pool como solían hacer cada vez que tenían un tiempo libre. Al llegar a la casa de Natalia, se encontró con su mamá que estaba arreglando el patio como era costumbre en ella, y le preguntó:- Buenas tardes Señora Julia… Cómo está? A lo que Julia respondió: Juan… tanto tiempo, me imagino venís en busca de Natalia, no es así? Sí… la vengo a invitar a ir a casa a divertirnos un rato.
Ahhh…. Pero Natalia hace un par de horas salió con Deborah y Pablo, pero no me dijeron a donde iban.
Juan dudoso de la respuesta de la mamá de Natalia pensó : dònde estarán metidos estos tres, es muy raro nunca salen juntos sin pensar en mi.
Intrigado por el misterio de sus amigos, decidió volver a su casa para llamar a Pablo, su mejor amigo, aquel con el que hacían todas sus travesuras y se cubrían como dos niños inocentes incapaces de portarse mal.
            Llamaba y llamaba a su amigo, pero no había respuesta, lo único que recibía era el correo de su teléfono. Juan más preocupado aún, decidió salir a caminar por el centro de La Paloma, y de paso ver si podía investigar algo acerca del misterio de sus amigos.
Al cabo de una hora de caminar y caminar sin respuesta alguna, creyó que era conveniente regresar a su casa ya que pronto oscurecería.
            Pero antes, recordando que la semana próxima sería su cumpleaños, se dirigió a una tienda que se encontraba pegada al aeropuerto para ver si aún estaba esa campera que hace tanto tiempo quería.
De repente, escuchó a una señora que le decía al dueño de la tienda, - vio Don Alberto que se están regalando boletos para un viaje a la Isla de Madagascar, es increíble que se hagan estas cosas por los niños.. me parece una idea estupenda.
Juan con el zumbido en la cabeza de lo que la señora había dicho en la tienda regresó a su casa y se acostó a dormir.
            Al día siguiente, muy temprano en la mañana, Juan siente que golpeaban desesperadamente la puerta de su casa. Con miedo ante lo que estaba sucediendo, no se animó a levantarse hasta que escuchó unas voces muy conocidas que decían: -vamos Juan ábrenos la puerta somos nosotros, se nos hace tarde. Inmediatamente Juan reconoció que quienes golpeaban eran sus amigos Pablo, Deborah y Natalia, y fue rápidamente a abrirles la puerta.
Sorprendido por ver a sus amigos, que hacía más de dos días no los veía, les preguntó: - ¿Dónde se habían metido ayer?. Los busqué todo el día y nada.
            Bueno Juan a eso venimos, respondió Deborah, viste que estábamos pensando que haríamos estás vacaciones y cómo festejaríamos tu cumpleaños..
            Pues bien-exclamó Natalia- nos vamos de viaje ahora mismo a la Isla de Madagascar.
-       Cómo? Dijo Juan suspirando. A la isla de Madagascar, la Isla del tesoro perdido como decía el tío Luis.
-       - Sí, a esa misma respondió Pablo.
Rápidamente Juan metió en su mochila algunas prendas de vestir y se dirigieron al aeropuerto para partir hacía esa isla misteriosa que desde hacía tanto tiempo les llamaba la atención.
Luego de un viaje intenso de dos horas, por fin llegaron a destino. Las caras solo transmitían la emoción de haber podido realizar ese viaje tan esperado desde hacía tanto tiempo. Los ojos de los cuatro amigos se llenaron de lágrimas, pero inmediatamente se dirigieron a esa hermosa playa rodeada de grandes palmeras y árboles donde se decía que el pirata Puntink había escondido un tesoro.
Armaron su campamento, mientras Juan se refrescaba en esas aguas transparentes como si todo fuera un sueño..
Al caer la noche, sus rostros comenzaban a cambiar, ya que era un lugar muy lindo durante el día pero tenebroso en la noche ya que solo se escuchan el ruido de los animales que habitaban en la isla. A pesar de esto, Pablo, Deborah y Natalia lograron dormirse, pero Juan muy asustado no podía pegar un ojo, y decidió recorrer la isla a ver si esa vieja leyenda del tesoro perdido era cierta o no. Al ingresar al pequeño bosque que había en la playa, se encontró con un pequeño mapa, de esos mapas difícil de encontrar, de esos que se parecen a los mapas que te llevan a un tesoro escondido. Pero Juan pensó, es muy raro que nadie haya encontrado este mapa antes, quien sabe si no es un dibujo de algún turista que había venido antes a la isla.. De todas maneras decidió seguir los pasos del mapa, primero atravesó una pequeña cascada, luego camino de rodillas debajo de unas enredaderas. Muy asustado por lo que estaba haciendo, llego a pensar en volver con sus amigos, pero ya tenia un largo trecho del mapa realizado. Con su pequeña linterna continuó el recorrido hasta llegar a una pequeña cabaña que parecía ser el final del recorrido.
No sabía si entrar o no, el miedo lo consumía cada vez más, pero tomó coraje y entró.
Una vez dentro de la cabaña se encendió una luz como si alguien más ahí dentro la hubiera prendido. Juan encandilado por la luz, se dirigió hacía una caja que había encima de una mesa, y una vez allí leyó un cartel que decía: este es el tesoro perdido tan ansiado por nuestro amigo Juan.
Sorprendido por lo que ahí decía, y con sus manos temblorosas decidió abrirla.. Pues en la caja estaba esa campera que el tanto había ansiado para su cumpleaños.
El misterio del tesoro perdido era un invento de su Tío Luis junto a sus amigos, para que ese viaje a la playa fuera inolvidable y pudiera tener esa campera que tanto había esperado.
Feliz por lo que había encontrado regresó con sus amigos y pasaron unas vacaciones inolvidables…
                                                                                              FIN…

Néstor Pose

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