La aventura más
esperada...
Erase una vez, en una pequeña ciudad de México, un
grupo de cuatro amigos que hacía muchos meses planeaban sus vacaciones de
verano, pero por cuestiones de estudio y trabajo aún estaban indecisos con lo
que harían en el Enero próximo.
Una tarde calurosa como todas las de diciembre, Juan
decidió ir en busca de Pablo, Deborah y Natalia para invitarlos a mirar una
peli en su casa y luego ir a jugar unos partidos de pool como solían hacer cada
vez que tenían un tiempo libre. Al llegar a la casa de Natalia, se encontró con
su mamá que estaba arreglando el patio como era costumbre en ella, y le
preguntó:- Buenas tardes Señora Julia… Cómo está? A lo que Julia respondió:
Juan… tanto tiempo, me imagino venís en busca de Natalia, no es así? Sí… la
vengo a invitar a ir a casa a divertirnos un rato.
Ahhh…. Pero Natalia hace un par de horas salió con
Deborah y Pablo, pero no me dijeron a donde iban.
Juan dudoso de la respuesta de la mamá de Natalia
pensó : dònde estarán metidos estos tres, es muy raro nunca salen juntos sin
pensar en mi.
Intrigado por el misterio de sus amigos, decidió
volver a su casa para llamar a Pablo, su mejor amigo, aquel con el que hacían
todas sus travesuras y se cubrían como dos niños inocentes incapaces de
portarse mal.
Llamaba y llamaba a
su amigo, pero no había respuesta, lo único que recibía era el correo de su
teléfono. Juan más preocupado aún, decidió salir a caminar por el centro de La
Paloma, y de paso ver si podía investigar algo acerca del misterio de sus
amigos.
Al cabo de una hora de caminar y caminar sin respuesta alguna, creyó
que era conveniente regresar a su casa ya que pronto oscurecería.
Pero antes,
recordando que la semana próxima sería su cumpleaños, se dirigió a una tienda
que se encontraba pegada al aeropuerto para ver si aún estaba esa campera que
hace tanto tiempo quería.
De repente, escuchó a una señora que le decía al dueño de la tienda, -
vio Don Alberto que se están regalando boletos para un viaje a la Isla de
Madagascar, es increíble que se hagan estas cosas por los niños.. me parece una
idea estupenda.
Juan con el zumbido en la cabeza de lo que la señora había dicho en la
tienda regresó a su casa y se acostó a dormir.
Al día siguiente, muy
temprano en la mañana, Juan siente que golpeaban desesperadamente la puerta de
su casa. Con miedo ante lo que estaba sucediendo, no se animó a levantarse
hasta que escuchó unas voces muy conocidas que decían: -vamos Juan ábrenos la
puerta somos nosotros, se nos hace tarde. Inmediatamente Juan reconoció que
quienes golpeaban eran sus amigos Pablo, Deborah y Natalia, y fue rápidamente a
abrirles la puerta.
Sorprendido por ver a sus amigos, que hacía más de dos días no los
veía, les preguntó: - ¿Dónde se habían metido ayer?. Los busqué todo el día y
nada.
Bueno Juan a eso
venimos, respondió Deborah, viste que estábamos pensando que haríamos estás
vacaciones y cómo festejaríamos tu cumpleaños..
Pues bien-exclamó
Natalia- nos vamos de viaje ahora mismo a la Isla de Madagascar.
-
Cómo? Dijo Juan
suspirando. A la isla de Madagascar, la Isla del tesoro perdido como decía el
tío Luis.
-
-
Sí, a esa misma respondió Pablo.
Rápidamente
Juan metió en su mochila algunas prendas de vestir y se dirigieron al
aeropuerto para partir hacía esa isla misteriosa que desde hacía tanto tiempo
les llamaba la atención.
Luego
de un viaje intenso de dos horas, por fin llegaron a destino. Las caras solo
transmitían la emoción de haber podido realizar ese viaje tan esperado desde
hacía tanto tiempo. Los ojos de los cuatro amigos se llenaron de lágrimas, pero
inmediatamente se dirigieron a esa hermosa playa rodeada de grandes palmeras y
árboles donde se decía que el pirata Puntink había escondido un tesoro.
Armaron
su campamento, mientras Juan se refrescaba en esas aguas transparentes como si
todo fuera un sueño..
Al
caer la noche, sus rostros comenzaban a cambiar, ya que era un lugar muy lindo
durante el día pero tenebroso en la noche ya que solo se escuchan el ruido de
los animales que habitaban en la isla. A pesar de esto, Pablo, Deborah y
Natalia lograron dormirse, pero Juan muy asustado no podía pegar un ojo, y
decidió recorrer la isla a ver si esa vieja leyenda del tesoro perdido era
cierta o no. Al ingresar al pequeño bosque que había en la playa, se encontró
con un pequeño mapa, de esos mapas difícil de encontrar, de esos que se parecen
a los mapas que te llevan a un tesoro escondido. Pero Juan pensó, es muy raro
que nadie haya encontrado este mapa antes, quien sabe si no es un dibujo de
algún turista que había venido antes a la isla.. De todas maneras decidió seguir
los pasos del mapa, primero atravesó una pequeña cascada, luego camino de
rodillas debajo de unas enredaderas. Muy asustado por lo que estaba haciendo,
llego a pensar en volver con sus amigos, pero ya tenia un largo trecho del mapa
realizado. Con su pequeña linterna continuó el recorrido hasta llegar a una
pequeña cabaña que parecía ser el final del recorrido.
No
sabía si entrar o no, el miedo lo consumía cada vez más, pero tomó coraje y
entró.
Una
vez dentro de la cabaña se encendió una luz como si alguien más ahí dentro la
hubiera prendido. Juan encandilado por la luz, se dirigió hacía una caja que
había encima de una mesa, y una vez allí leyó un cartel que decía: este es el
tesoro perdido tan ansiado por nuestro amigo Juan.
Sorprendido
por lo que ahí decía, y con sus manos temblorosas decidió abrirla.. Pues en la
caja estaba esa campera que el tanto había ansiado para su cumpleaños.
El
misterio del tesoro perdido era un invento de su Tío Luis junto a sus
amigos, para que ese viaje a la playa fuera inolvidable y pudiera tener esa
campera que tanto había esperado.
Feliz
por lo que había encontrado regresó con sus amigos y pasaron unas vacaciones
inolvidables…
FIN…
Néstor Pose
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